miércoles, 8 de julio de 2009

5

Primer día de clases en la u… presentación de la carrera, de mis compañeros, presentarme también y soy pésimo en eso, generalmente digo lo mismo que dicen los que vienen antes que yo, un día me tocó hacerlo primero, y explote instantaneamente, le grite al profe que eran absurdas esas presentaciones, que eran puro perder el tiempo y que aparte nos habiamos ya resentado como mil veces... no se como no me desmaye de la presion.
En fin, hubiera sido mejor, que ese primer día, no hubiera ido...

Segundo día, ¿Quién es ella?, después de clases nos fuimos a fumar unos pitos todos juntos, y completamente volado no deje de mirarla…

Tercer día, en clases y después de clases no dejábamos de mirarnos, buenos, sanos, o volados…

No sé qué día, en la playa, volado, carreteando con todos mis compañeros antes que se comenzaran a dividir, vino un perro y me espanto, me puse de pie asustadísimo y sin querer fui a dar al lado de ella, me pidió que me sentara, y hablamos, hablamos harto. Estaba pololeando pero tenía problemas con su pololo (y los extendió hasta que casi se muere), yo estaba soltero esos días, y nos entendíamos, las risas se reían de nuestra comunión inconsciente… “sí, tengo que estar loco” pensaba yo…
Nos marchamos, la deje en la micro, y cuando nos despedimos sonrió esperando que la besara, y decidí no hacerlo, pues la quería besar cuando ella ya estuviese sola… de ahí en adelante, hasta mucho tiempo mas, todo salió mal…

Seguimos hablando, yo estaba en el piso por ella, me recobraba y volvía a caer, comenzó a ser indiferente a mí, no me tomaba en cuenta, me evitaba, diría que me detestaba, me encontró aweonao, en fin… hasta que dejó de ir a la u, volvió, la vi y hablamos, se había cortado una arteria entre involuntaria y voluntariamente, pues peleando con su pololo ella golpeo un vidrio que se quebró y la corto… después estudio asistente de enfermería… yo termine la carrera de Pedagogía en Negación Teológica (mi Tesis fue sin marco teórico, “aunque pudiese existir dios, no nos importaría)
Yo ya estaba comprometido con Sara, ella aparecio de nuevo, como de la nada, y como de la nada, engañe a Sara, terminamos, le dije que no podíamos seguir porque Clara me gustaba mucho, pero Clara después de eso, se esfumó, y quede solo como un triste weon abandonado a la caridad amorosa de Sara… hasta que ya nada me importaba.

Me radique en otra ciudad, y por esas casualidades, Clara también, nos encontramos un día, unas semanas antes de que comenzara a buscar trabajo de asistente de enfermería…




_Bien, ¿eso querías saber dios? – le pregunte con burla
_No, ¿no eres muy romántico verdad?
_Eso me lo guardo… – (me inspeccione, y… verdad, no lo era, pero creo que al menos soy tierno… MALDITO DIOS, ¿QUE ME VIENE A CUSTIONAR?)
_En fin, hijo mío, pero quería saber donde esta ella ahora – dijo terminando de instalar la última de las horcas.
_No lo sé
_Es una pena – me dio un golpecito en el hombro – porque a mí también me gusta, tu sabes, Jesús tiene que volver y la wea, y quiero innovar esta vez, las vírgenes están pasadas de modas y hasta en el cielo los ángeles apuestan a cual de todas las putas es la más santa frustrada, así que no puedo quedarme atrás, y por otra parte, no tienen que creer que es Jesús, y quien mejor que una madre que no tiene mucho de santa y que sí tiene mucho de fuerza e independencia…

Por mi cabeza pasaba un torbellino de agua que giraba como si le hubiesen quitado el tapón y se vaciara…

_¡¡¿¿QUÉ??!!
_Nos vemos Adán Narciso, tengo un hijo que engendrar.

Y más allá de la calle, sonó un sirena de la policía, no la mire hasta que sonaron como mil juntas, y cuando volví la vista a ese miserable dios flaite, no estaba… no pensaba en nada pero por mi cabeza pasaban imágenes varias que me horrorizaban… llegaron los pacos, ambulancias y hasta los bomberos, todos me ignoraron pues parecía estar enterrado en la arena como las horcas, retiraron los muertos, faltaban ambulancias para llevárselos a todos, y no entendía, ni me importaba porque traían ambulancias si estaban ya todos muertos… hasta que todos desaparecieron. Quitaron las horcas, las quemaron en la playa como si no fuera delito, pero dejaron el cartel…

La marea subió y me cubrió los pies, la luz de luna iluminaba tranquila solo la mitad de mi cara, como si supiera que no es necesario iluminar mas… luego las estrellas apostaban a qué es lo que iba hacer, y yo seguí sin moverme, ¡las imágenes por mi cabeza no paraban…!, hasta que ya respire, respire y respire… desenterré mis pies y volvió el sol, tenia frío, busque un teléfono, necesitaba llamarla, tenía que protegerla de dios, ¡y no había ningún teléfono! (ese maldito flaite, ¡ya estaba conspirando en mi contra!), pero había un tipo aparentemente decente, elegante pero casual, le dije si podía prestarme su celular (era obvio que él tenía uno) y le pagaba la llamada, pero me lo presto sin esperar nada a cambio, Clara contestó.

_ ¿podemos juntarnos donde siempre? – pregunté impaciente
_tengo turno en el hospital, mañana en la mañana, ¿te parece?
_está bien… pero esta vez aparece, es importantísimo
_ja ja, bueno.

“gracias”, dije y le devolví el celular, “de nada, para eso estamos” y me giño un ojo…

Me fui a casa a tratar de descansar, será muy dios, pero con Clara no lo va a lograr…

No hay comentarios:

Capitulos