viernes, 3 de julio de 2009

Para mí

Tal vez ya no tengo nada que hacer salvo dejarme arrastrar de pie por esa fuerza que nos hace precisamente estar de pie.

Pero Clara, ¿entenderías que lo qué ayer fue una montaña de piedras y bosques es hoy una montaña de polvo?, ¿Cómo, verdad?... esas malditas perspectivas y esas malditas mentiras.

Estoy en el bosque ahora, vi a dios (sí, otra vez), allí, con un hacha en la mano descansando. Yo quería construirme una cabaña en paz, pero dios no supo pensarlo igual. Lo desperté y esos ojos inefablemente somnolientos me ignoraban. “maldito dios, ni corta el árbol ni presta el hacha”. Iba a invocar al diablo para ver cuanto me costaba un hacha, pero dios a se le cayo la suya, me di vuelta para recogerla, pero pensé que seria humillante usar un arma de dios.

_Puta el weón regodeón – dijo la misma voz flaite que ya conocía.
_ ¿no me vaí a dejar de perseguir?
_tú me buscas a mi – dijo burlándose esa wea – mira, busca en tus bolsillos

Por curiosidad lo hice y saqué a un dios diminuto

_ ¿vez? – me dijo al mismo tiempo que lo solté

_oie, ¿si yo no creo en ti, por qué me persigues?
_me gusta molestar ateos
_puta el dios humano
_“a imagen y semejanza”, hijo mío, “a imagen y semejanza” – dijo con la voz de un cura en misa

Clara, escuche puras weas ¡y puras weas divinas!, todo el camino al mar, de repente dios se marcho, yo creo que encontró a un ateo menos acérrimo.

Siempre me pregunto que es lo que tratas de decirme, que es, lo que tratas de enseñarme, Clara.

Yo acá como weón recordando, con el máximo nivel de conciencia que puede tener alguien respecto a su vida, como si estando sentado me tuviese sobre mis manos… la soledad no se sufre, sólo aburre.

Cuando uno esta con la persona que ama, uno nunca se aburre, uno no se puede aburrir y si no estuviesen un momento juntos, imaginas algo que hacer con ella, ¡por ultimo, la esperas!

Sin embargo, yo a ti, Clara, no te amo, pero te dirijo mis pensamientos como la compañera que la vida hizo para mi y que ya no está.

Bueno, al mar de nuevo… ¿Qué es esto?

“La Costa de los qué no se enamoraron”

Y por toda esta Costa, hay ahorcados y al medio de todos ellos, hay una horca gigante, como dispuesta a convencerte que en realidad nunca amaste.

Es una suerte que no crea en lo obvio, ¿verdad Clara?, o si no, ya estaría ahorcado. No sufro de la paranoia que sufren los líderes. ¡Por suerte no tengo esa suerte!

¿Todos ellos no amaron nunca?, igual son varios, ¿se habrían enterado de este lugar y vinieron a morir o sólo se toparon con el?, igual son una tropa de idiotas, por ultimo hubiesen seguido buscando.

Me acerque a un kiosco, compre unas galletas de chocolate, y las comí mientras leía titulares: “El asesino de los enamorados fracasados”. ¡Vaya!, resultaba que “La Costa de los qué no se enamoraron” era una intervención artística pero qué, sin la intención del autor (quien por cierto ahora está preso), muchos fracasados sentimentales comenzaron a ir a ahorcarse, en cuestión de tres horas estaban todas utilizadas.
Mordí una galleta cuando termine de leer, camine y vi que un flaite seguía poniendo horcas, y al mirarlo bien… dios… que chistoso.

_Hola de nuevo Adán
_Hola… ya veo por qué me dejaste de molestar
_Sí… mucha gente tenia que hacer hoy – dijo señalándome a los muertos mecidos por el viento, y alumbrados por un sol de mediodía – mi vida no gira alrededor de la tuya, al contrario.
_ ¿Y por qué las sigues poniendo si el artista ya está preso?
_Todavía no estaba terminada y ya se comenzaban a ahorcar… le cobre barato al Max por instalarlas, es una pega difícil enterrar cosas en la arena y que queden sumamente firmes.
_ ¿Y él sabia quien eres?
_Ni tú sabes, precisamente, quien soy yo, hijo mío – dijo con ese tono de burla que tanto me molestaba
_ ¿Por qué, cuando dice “hijo mío” lo dice burlándose, Padre? – también me burle.
_Tu sabes
_Con todo lo que haces, mas pensaría que eres el diablo
_ ¿Y por qué no lo piensas?
_Dios, el diablo… da igual, sólo los diferencia la ropa; si estuvieses vestido como el mas elegante de los empresarios-políticos-banqueros, diría fácil que eres el diablo.
_“Las apariencias engañan” hijo mío
_Tu esencia es engañosa, seas quien seas.
_ ¿y quién es Clara? te lo pregunto como una formalidad… tu sabes, yo lo sé todo
_ ¿quieres que yo te lo cuente?
_ ¿por qué no?
_mmm.

Por la culpa de Clara, ahora dios es mi psicólogo.

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