martes, 7 de julio de 2009

en algun momento tenia que pasar

Clara era como una enferma de cáncer
qué sabía lo que le iba a pasar
e igual lo sufría callada y a malas ganas, pero lo aceptaba
y hasta a veces se acercaba a sus cercanos;
pero no tenía cáncer, al contrario, tenia…
tenía… ¡no sé que tenía!... pero estaba enamorado de ella.

_hola – me dijo desnuda al lado de mi cama después de hacer el amor, con su voz sencilla y afinadamente grave, que respetaba sus silencios y sus risas, que no mareaba ni adormilaba.

_hola – insistió, pues no reaccione

“bah, verdad que no estoy con Clara”

_hola – dije tierno y la abracé.
_ ¿qué te pasa?
_mmmmm. - mirando el techo le contesté - una vez, escuche a Coco Legrand decir que “las mujeres se ponen múltiples objetivos pues los pueden alcanzar a la vez, sin embargo, los hombres no, sólo un objetivo a la vez: ven la luna y quieren llegar a ella, ven un poto bonito y se pegan en el… por eso señora, después de haber hecho el amor con su marido, no le hable, déjelo tranquilo, el weon ya cumplió su objetivo…”
_jajaja, mmm, bueno.

Y nos quedamos callados un rato, hablando solo con nuestros abrazos.
_ ¿y qué vas a hacer mañana? – me pregunto Esperanza
_voy a buscar a Clara al hospital.
_ahh.

Era mañana y también era un día espantoso, lloviendo como si botaran el agua de una piscina en las nubes, por suerte traje paraguas, que curioso, pero cuando la conocí estaba así mismo, pero dentro de mi alma… y por suerte ella también tenía un paraguas.

_ ¿cómo te fue?
_bien, me preguntaron weas sicológicas más que nada, ojala me den el empleo
_ ¿de enfermera cachonda?
_je, mmm, tal vez…
_ ¿quieres un café?
_bueno

Y buscamos un café donde nos dieran un café, y no lo encontramos, así que fuimos a tomar café a mi casa…

_deja por ahí tu abrigo
_ya lo dejé

El humo del café empañaba mis lentes, no me dejaba ver bien, pero me gustaba ¿si no viera bien lo que pasa?, ¿si solo estuviese creyendo que estaba enamorado y no lo estuviese?, ¿y entonces por qué este calor en el pecho que me congela?, ella no me ama… o no está segura, como dice ella. Somos buenos compañeros, pero no quiere estar arraigada a nadie, ¿entonces que hace acá tomándose un café?, ¿o solo me ve como a un amigo que no es más que eso?

_No... – dijo Clara.
_ ¿qué?
_se me quedaron las llaves en el hospital
_toma tú café, después las vamos a buscar
_no… tal vez después ya no estén donde las deje
_ ¿sabes donde las dejaste?
_en la oficina de la entrevista, creo…
_tomate el café, las vamos a buscar y si no están te quedas acá.
_no… - sonrió – siempre que me quedo me tratas de follar
_casi siempre que te quedas te comportas como una monja
_jaja – y bebió de su café.

_ ¿por qué no adornas este lugar?, vi que tenias una caja llena de recuerdos y objetos
_no lo quiero hacer mío todavía.
_ ¿no lo querí construir solo? – me pregunto con burla
_tal vez… puede ser.

Fuimos a buscar las llaves. Nos dijeron que el sicólogo que había hecho las entrevistas recién se había ido, que tal vez lo encontráramos en el estacionamiento si corríamos. Llegamos y ahí estaba, justo abordando su auto junto a un flaite, que le robo el celular, lo golpeo en la cara y cuando arrancó se dio media vuelta y me giño un ojo.
Fuimos a ver como estaba, se reincorporo, aun temblaba porque el flaite lo encañonó y dijo que tenía a toda su familia amenazada, dando lujo de detalles de nombres y fechas. Le preguntamos por las llaves y el flaite también se las había llevado. Llevamos al sicólogo de vuelta al hospital, Clara estaba preocupada, llamó a los pacos, y nos fuimos de vuelta a casa…

Dejamos nuestros abrigos mojados, se nos había olvidado sacar un paraguas, vimos una película y pedimos una pizza.
Esa noche, solo dormimos, desnudos… abrazados.

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